República Dominicana: Retrato de una pandemia

Retrato de dos años de pandemia

Uno de los estados de emergencia para contener la covid-19 más largos del mundo fue el de República Dominicana: más de año y medio. Las siguientes fotografías, tomadas durante ese tiempo, explican cómo se vivió esta etapa tan dura e incierta en el país.
FOTO 1
Cumpleaños en casa. Primer día de confinamiento en Santo Domingo.
Como primera medida para la contención de la pandemia, el anterior presidente de La República Dominicana, Danilo Medina, estableció el  toque de queda en todo el territorio nacional. A partir del día 20 de marzo de 2020 de 8 de la noche a 6 de la mañana, se prohíbe el tránsito y la circulación de personas con las excepciones que establece el decreto 135-20 relativas al personal sanitario,  personal de seguridad, urgencias médicas, medios de comunicación acreditados y personal de las empresas distribuidoras de electricidad para atender, exclusivamente, situaciones de emergencia.
El 11 de Octubre de 2021, el nuevo presidente, Luis Abinader, decretaba el fin del toque de queda en el país.

Santo Domingo, República Dominicana | 

FOTO 2
Grace Heyaime, posa en un garaje rodeada de las bolsas de alimentos que ha organizado con personas voluntarias y que serán repartidas entre 124 familias con dificultades económicas.
Grace es la presidenta de la Asociación de bares de la Zona Colonial de Santo Domingo. Como propietaria de un pequeño negocio, sufrió al igual que muchas personas las consecuencias que las medidas de cierre de locales dedicados a la hostelería, ocasionó en las economías familiares.
La Asociación de Bares de la Zona Colonial, junto a varias juntas vecinales, coordinó durante la pandemia acciones solidarias en las que se recaudaban  artículos de primera necesidad, se distribuían en bolsas  y se repartían por diferentes zonas, llevando alimentos a las familias más vulnerables.

Santo Domingo, Rep. Dominicana | 

FOTO 3

Retrato de Marie Solin.
Marie Solin, de 36 años trabaja como empleada doméstica. Cuando se decretó el estado de emergencia, vió suspendida su relación laboral, lo que conllevó una total falta de ingresos para ella.
Solin, casada y con tres hijas, recuerda cómo tuvieron que sobrevivir con el salario que recibía su marido, cuyo trabajo como vigilante de seguridad pudo conservar durante los dos años de pandemia.

Santo Domingo, Rep. Dominicana | 

FOTO 4

Anabel de 31 años, posa en su puesto de comida mexicana.
Ella es propietaria de este pequeño negocio que durante el tiempo de pandemia se vio muy perjudicado. El horario de cierre de los negocios de hostelería se vio modificado por el toque de queda y en el caso de Anabel dejó de percibir los ingresos que obtenía por la clientela que acudía a su negocio en horario de noche.
En República Dominicana el sector informal constituye la gran mayoría de la participación laboral femenina, se estima que el 45% de las mujeres ocupadas del país lo están en empleos informales (Organización Nacional de Estadística, ONE, 2018).

Santo Domingo, Rep. Dominicana | 

FOTO 5

María Abad de 49 años, posa vistiendo su uniforme de trabajo en el vertedero Duquesa en la ciudad de Santo Domingo.
Se trata del basurero más grande a cielo abierto de los 358 que existen en el país.
María pertenece al cuerpo de bomberos de Mamá Tingó (a 35 kilómetros de Santo Domingo). Al inicio de  la pandemia, el vertedero Duquesa sufrió un incendio cuya extinción se prolongó durante varias semanas.
Santo Domingo se convirtió en el epicentro del coronavirus en República Dominicana, con el mayor número de contagios registrados en el país. A los problemas económicos, de salud y movilidad que provocó la pandemia, se unió la preocupación de los ciudadanos por estar respirando el humo tóxico que salía del vertedero.
Santo Domingo, Rep. Dominicana | 

FOTO 6

La Hermana Esperanza descansa en uno de los salones de la residencia de ancianos que administra junto a otras religiosas.
Se trata del Hogar de ancianos de Bonao, a 84 km de la ciudad de Santo Domingo. Durante el primer año de la pandemia, en la residencia tuvieron sólo un caso de una mujer contagiada de Covid. La aislaron rápidamente y la cuidaron hasta que superó la enfermedad. “Nadie más se ha contagiado, decía contenta «Hemos tenido mucho cuidado para proteger a los ancianos. En la residencia los cuida, primero Dios, después los sanitarios y también nosotras» decía.
Sin embargo, el segundo año de pandemia fue más duro y a pesar de los esfuerzos no pudieron evitar el contagio. Cuatro de los ancianos, de los cuales uno falleció en el hospital y seis empleados contagiados es el balance a día de hoy, según cuenta la Hermana Esperanza.

Bonao, República Dominicana | 

FOTO 7

Retrato de Fran de 39 años. Fran trabaja como vigilante de seguridad en un bloque de apartamentos, desde hace más de 10 años. Durante la pandemia, su mujer Soline, perdió su trabajo como empleada doméstica, estando embarazada de su tercera hija, por lo que pasaron muchos apuros económicos al tener que sobrevivir solamente con un sueldo.
Santo Domingo, Rep. Dominicana | 

FOTO 8

Vista de la ciudad de Santo Domingo durante el periodo del toque de queda.
La primera medida que se tomó para parar evitar la propagación de la covid 19 fue el confinamiento en las casas.
Sin embargo, para muchas mujeres que sufrían violencia de género, esta medida suponía estar condenadas a convivir 24 horas al día con su maltratador.
Desde el Ministerio de la mujer se inició una campaña en redes sociales para dar a conocer, a las mujeres que estuvieran sufriendo malos tratos, los mecanismos para poder pedir ayuda ante esas situaciones.
Santo Domingo, Rep. Dominicana | 

FOTO 9

Yinna de la Cruz de 43 años y su hijo Ethan de 7 en el salón de su casa de Santo Domingo.
Yinna pasó toda la cuarentena junto  a su hijo. Se dedica al sector audiovisual y vivió la angustia de ver cómo sus ingresos se reducían debido a la falta de trabajos. Una de las cosas que más le preocupaba era cómo podía afectarle a su hijo el distanciamiento social, no poder relacionarse con otros niños y niñas, el cambio total de rutinas y sobre todo el miedo al virus.
Santo Domingo, Rep. Dominicana | 

FOTO 10

Retrato de Marcia con una mascarilla de fabricación casera.
Cuando comenzó la pandemia, los establecimientos que dispensaban mascarillas no pudieron dar respuesta a la demanda de la población. Por ello muchas personas fabricaban sus propias mascarillas para intentar protegerse de un posible contagio. Marcia, fabricó algunas con trozos de medias que tenía en casa.
Bonao. República Dominicana |
FOTO 11
Vladimir Peña de 43 años posa al lado de la impresora 3D que tuvo instalada en su casa durante los primeros meses de la pandemia y con la que fabricó la máscara de protección que lleva puesta en la fotografía. Él junto a otros ingenieros e ingenieras voluntarios, fabricaron desde sus casas, con materiales donados, máscaras de protección que donaban a hospitales para la protección del personal sanitario, dada la escasez de estos productos en el país.
Santo Domingo, Rep. Dominicana | 

FOTO 12

María peina a su hija Abril en el salón de su casa en la ciudad de Santo Domingo durante el confinamiento.
María Pérez de 36 años, tiene dos hijas de 9 y 14 años.
Es maestra suplente y cuando empezó la pandemia era estudiante de último curso de la carrera de Psicología. Durante la cuarentena compaginó sus estudios de psicología con el trabajo de la casa y el cuidado de sus hijas. También ayudaba a las niñas en las tareas escolares, que con el cierre de las escuelas es un esfuerzo añadido que en la mayor parte de las casas recayó sobre las mujeres. 
María contaba que el confinamiento fue una oportunidad para hablar con su esposo de la necesidad de la corresponsabilidad en la casa. A nivel mundial, las mujeres realizan el 76% del total de horas de trabajo de cuidado no remunerado (Organización Internacional del Trabajo, OIT). Según los datos del Informe de Caracterización del Mercado Laboral Dominicano realizado por la Iniciativa de Paridad de Género en República Dominicana , se estima que las mujeres dominicanas dedican 5 veces más tiempo que los hombres a la labor de cuidados y 3.5 veces más tiempo que los hombres al trabajo doméstico no remunerado.
Santo Domingo, Rep. Dominicana | 
FOTO 13
Cristal Alberto, de 14 años, escuchando música mientras dibuja en su habitación durante el periodo de confinamiento.
Santo Domingo, Rep. Dominicana | 

FOTO 14

Salustina Reyes de 65 años trabajando en el salón de su casa en Bonao. Profesora vocacional ha trabajado durante 37 años enseñando a muchas generaciones de niñas y niños de Bonao y también a adolescentes. Tras jubilarse continuó trabajando como docente en un programa de lecturas de refuerzo para niñas y niños de nueve años con dificultades de aprendizaje, promovido por la Embajada de EEUU. Este programa se llevaba a cabo de forma presencial. La pandemia no impidió seguir desarrollando el programa, pero personas como Salustina tuvieron que adquirir conocimientos en herramientas digitales para poder desarrollar el mismo en modalidad virtual.
Por el lado del alumnado, la pandemia afectó a la posibilidad de recibir formación ya que no todas las personas tienen acceso a internet o disponen de equipo informático.
Bonao. República Dominicana |

FOTO 15

Dánalis Alcántara es enfermera en un hospital pediátrico de la ciudad de Santo Domingo. Cuando comenzaron a aumentar los casos de contagios por covid que requerían ingreso hospitalario durante los primeros meses de pandemia, ingresaron en su hospital pacientes adultos contagiados. La presión hospitalaria aumentó el número de horas de trabajo para el personal sanitario, así como el riesgo de contagio dada la escasez de uniformes de protección, lo que supuso un sobre esfuerzo y un desgaste físico y mental al que tenían que hacer frente a diario.
Santo Domingo, Rep. Dominicana | 

FOTO 16

Retrato de Maria Victoria Ferreras de 42 años, doctora en la Clínica Gómez Patiño de Santo Domingo.
En República Dominicana, en el sector de salud y asistencia social trabajan 353 mujeres por cada 100 hombres y esta rama de actividad representa el 7% de la ocupación total de las mujeres.
Las mujeres se situaron por tanto en la primera línea de contagio, pero también de respuesta a la salud, quedando la atención sanitaria profesional mayoritariamente en las manos de las mujeres.
Santo Domingo, Rep. Dominicana |